domingo, 1 de mayo de 2011

El sueño del árbol lámpara...(precisar las imágenes)

Hará un mes tuve un sueño. Me encontraba en la calle Roser de Poble sec. Mientras subía por la calle ante mí apareció un árbol de tronco esbelto el cual se elevaba tan alto como los edificios. La copa del árbol tenía la forma de una campana extravagante y las ramas y hojas que arrancaban del punto más alto caían en cascada en un cascarón fino y tupido. Me acerqué bajo la campana de su copa y sentí cierto vértigo, como el que se siente cuando se observa la cúpula de una iglesia. Parecía estar iluminado como un farrolillo de papel y no sabría matizar si la luz provenía del sol que atravesaba las hojas, o estaba en si mismo iluminado por una luz interior.
El árbol había sido arrancado con sus raíces y amarrado precariamente en una farola con sogas.

Muy cerca del mismo lugar encontré un viejo escritorio de madera en mitad de la calle. Sobre el escritorio una lámpara de latón con forma de tulipa. Esta lámpara de latón de mi sueño volví a encontrarla después en un viejo hotel de Ceret.

Y pienso últimamente en este árbol y el lugar, la calle Roser. Creo que simboliza la permanente y angustiante inestabilidad existencial, de sentir que vivo en una tierra baldía donde me cuesta tanto crecer, expandirme y plasmarme.

Recuerdo los días en que subiendo la calle Roser acariciaba el viejo porton de la casa de cris. Siempre le susurraba: no te cierres nunca a mí. Muchas veces estaba entornada por la noche. Todo cambió con la nueva casa. Las cosas y espacios antiguos protegen el amor nuevo.

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