domingo, 4 de abril de 2010
Ensoñación e imaginario. La estética de Gaston Bachelard. Aldo Trione.
Prefacio de Aldo Trione a su estudio.
Tiene razón Roland barthes cuando afirma que Bachelard ha fundado "una pura crítica de lectura". Pero este juicio, a pesar de definir un aspecto relevante de la poética bachelardiana, que no se presupone en absoluto construir una metodología de la investigación literaria ni elaborar sofisticados instrumentos teóricos para un análisis objetivo de la obra de arte, no agota la complejidad temática, los motivos y las implicaciones de una filosofía que ha ejercido, y continúa ejerciendo, una notable influencia en la cultura francesa contemporánea.
Es preciso, por tanto, trascender el espacio de la lectura para comprender el sentido de la escandalosa estética de Bachelard, múltiple, a menudo indescifrable, enmarcada en el horizonte de la fenomenología entendida en la "espacial" acepción que han dado a este término Sartre y Merleu- Ponty.
Estética del no, radicalmente "distinta" a las filosofías clásicas del arte y, al mismo tiempo, lejana a las poéticas "imaginarias" y "surreales" de nuestro siglo, de las que toma, sin embargo, tensiones y utopías liberadoras.
Búsqueda del otro lugar, construcción de un mundo nuevo, poesía como una "morada feliz" a la que se accede por la vía del ritmoanálisis y de la filosofía del reposo: éstos son, entre otros, los momentos de un original discurso sobre el arte que "emerge" a través de una trama móvil de ritmos, pausas y cadencias de la que no siempre es fácil comprender el significado profundo.
El filósofo de La poética de la ensoñación, mediante continuas incursiones en la historia de la literatura y del arte, en el pensamiento científico y en la tradición alquímica, afirmando las "razones" de lo imaginario y el derecho a soñar, constituye una estética que puede sin duda considerarse como un capítulo, todavía sin explorar adecuadamente, de la cultura del siglo XX. La ruptura que realiza dentro de la historia de la estética, su modo de enfrentarse a ñlas artes, sus interpretaciones de las obras de los poetas (piénsese especialmente en su Lautréamont), su relación con el psicoanálisis, con el bergsonismo, con el pensamiento existencialista, son los núcleos temáicos de los que se ocupa este libro, que sólo pretende ofrecer una clave de lectura del universo poético de Bachelard, con su verdad, con la otra verdad en la que se concilian las diferencias y laceraciones del vivir cotidiano.
Este trabajo está dedicado a una imagen que me pertenece, lejana, presente, antigua, posterior, morada de mis utopías imposibles.
Tiene razón Roland barthes cuando afirma que Bachelard ha fundado "una pura crítica de lectura". Pero este juicio, a pesar de definir un aspecto relevante de la poética bachelardiana, que no se presupone en absoluto construir una metodología de la investigación literaria ni elaborar sofisticados instrumentos teóricos para un análisis objetivo de la obra de arte, no agota la complejidad temática, los motivos y las implicaciones de una filosofía que ha ejercido, y continúa ejerciendo, una notable influencia en la cultura francesa contemporánea.
Es preciso, por tanto, trascender el espacio de la lectura para comprender el sentido de la escandalosa estética de Bachelard, múltiple, a menudo indescifrable, enmarcada en el horizonte de la fenomenología entendida en la "espacial" acepción que han dado a este término Sartre y Merleu- Ponty.
Estética del no, radicalmente "distinta" a las filosofías clásicas del arte y, al mismo tiempo, lejana a las poéticas "imaginarias" y "surreales" de nuestro siglo, de las que toma, sin embargo, tensiones y utopías liberadoras.
Búsqueda del otro lugar, construcción de un mundo nuevo, poesía como una "morada feliz" a la que se accede por la vía del ritmoanálisis y de la filosofía del reposo: éstos son, entre otros, los momentos de un original discurso sobre el arte que "emerge" a través de una trama móvil de ritmos, pausas y cadencias de la que no siempre es fácil comprender el significado profundo.
El filósofo de La poética de la ensoñación, mediante continuas incursiones en la historia de la literatura y del arte, en el pensamiento científico y en la tradición alquímica, afirmando las "razones" de lo imaginario y el derecho a soñar, constituye una estética que puede sin duda considerarse como un capítulo, todavía sin explorar adecuadamente, de la cultura del siglo XX. La ruptura que realiza dentro de la historia de la estética, su modo de enfrentarse a ñlas artes, sus interpretaciones de las obras de los poetas (piénsese especialmente en su Lautréamont), su relación con el psicoanálisis, con el bergsonismo, con el pensamiento existencialista, son los núcleos temáicos de los que se ocupa este libro, que sólo pretende ofrecer una clave de lectura del universo poético de Bachelard, con su verdad, con la otra verdad en la que se concilian las diferencias y laceraciones del vivir cotidiano.
Este trabajo está dedicado a una imagen que me pertenece, lejana, presente, antigua, posterior, morada de mis utopías imposibles.
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lo que no entiendo es por qué se ha hecho tan infinitamente pequeño el tipo de letra usado... no se lee ni con lupa!
ResponderEliminarGracias por este espacio. Me interesa muchísimo Bachelard por su tratamiento de la Poesía y en general toda línea de pensamiento que considere que en la imaginación es posible la acción; que considere el hecho del encuentro del hombre consigo mismo, al sacar a la luz su propio imaginario en ese espacio poético, haciendo así auténtica, esencial, su propia ficción... Me he hecho seguidora para poder leer las publicaciones. Gracias de nuevo. Un saludo.
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