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Atelier de las imágenes /Poéticas del imaginario Gaston Bachelard




Me atrevería a sostener que la imaginación creadora es la más elevada función de la psique. La conciencia, el inconsciente, los estados d ensoñación, son ante todo imágenes proyectándose en la oquedad de la mente. Hagamos lo que hagamos, pensemos en lo que pensemos siempre habrá imágenes revoloteando en nuestra mente. Es una tendencia natural de la psique dar una forma o una sensación a cada hecho mental. La imaginación realza -o puede entorpecer- con sus deslumbramientos las sendas de una inteligencia. Entonces el pensamiento sueña, la razón y el sentido común ceden ante la fascinación de la insignificancia de una imagen sencilla. Para que la razón recobre su poder constitutivo, su dominio, deberá censurar toda elucubración que provenga de las imágenes y vigilar toda idea seducida por la experiencia mediadora de una imagen.

Pero no vamos a detenernos aquí tan solo en hablar de imágenes, sino de imaginación: movimiento, metamorfosis, ausencia, dinamismo de imágenes. Vamos a estudiar aquella imaginación que profundiza en los orígenes del ser. Vamos a adentrarnos en los misterios de la imagen cuando emprendemos un decurso de ahondamiento o de excavación. Siempre po la pendiente que se adentra en lo remoto, en lo primero, hacia lo que es pleno en su inocencia. Es por la imaginación que la psique accede al remoto instante de una inocencia primigenia, una ingenuidad recobrada, donde las imágenes surgen del manantial arquetípico de la lengua. La imagen poderosa, resonante, es siempre infantil, mítica. Justo en esa zona profunda donde lo familiar y lo vivido se entrevera con lo inmemorial.

La historia de occidente durante siglos ha desterrado la imaginación acusándola de ser tributaria del error y de la especulación fantasiosa. Si no hubiera dado el arte o la poesía testimonio de las creaciones de la imaginación hubiera sido cercada a la locura. De este modo, es curioso observar como la palabra imaginación desaparece comúnmente de los discursos del arte y de la pedagogía en general. La imaginación es la gran dama desdeñada. Pero, ¿sabemos qué es la imaginación? ¿Sabemos cómo suscitarla y orientarla hacia una creación genuina? ¿Qué herramientas aplicamos para estimularla? ¿Qué diferencias existen según tome un cauce de expresión u otro?

Nuestra propuesta con este centro de recursos del imaginario es ofrecer poco a poco una perspectiva amplia sobre todo lo que se haya podido decir de la imaginación. Lo haremos desde tres niveles y en orden de profundidad y acceso a la imagen poética: desde la psicología, el psicoanálisis, y por último, la fenomenología. En un primer momento nos vamos a dirigir a la obra de uno de los filósofos que mejor ha comprendido y estudiado el acto imaginario: Gaston Bachelard. Su obra es para nosotros un gran pilar en todo estudio que verse sobre el imaginario, y es por esta razón, que este centro va a emprender una exégesis en profundidad de su obra. El estudio y comprensión de sus matices nos parece capital. Retomamos aquí nuestro proyecto académico de tesis doctoral cuya metodología basada en la obra de Gaston Bachelard nos servía de guía por las imágenes poéticas de la obra de William Shakespeare.

Al hablar de la imaginación nuestros objetos predilectos podrán ser variopintos: en unas ocasiones nos detendremos en una melodía que suscita ecos del pasado, en otras, en un objeto que murmulla, miraremos tan de cerca una pintura que nos adentraremos en su interior, leeremos pausadamente una página literaria, nos encapricharemos con la silueta de una sombra, viajaremos por los meandros silábicos de un nombre, daremos testimonio de como toda cosa o ser, posee un doble en el campo de los sueños.

Una fenomenología de la imaginación tal como fue planteada en la obra de Gaston Bachelard implica en nosotros vivir intensamente las imágenes, abandonarnos a ellas con una total adhesión. Ampliando y diversificando nuestras imágenes predilectas, nuestras imágenes ensoñadas, podremos trazar poco a poco el mapa general de una cosmología de valores: una verdadera cosmografía de la ensoñación.

Pero un término como fenomenología de la imaginación puede llevarnos a cierta confusión. ¿Se puede hacer filosofía de la imaginación cuando en sí misma rehúye de la tiranía de un discurso, del pensamiento bien encadenado? ¿Se puede hacer pensamiento con algo tan delicado y evanescente como la imaginación. Defendemos que sí pero no será desde la praxis de un discurso sino elaborando un gran tapiz de suscitaciones, de sugerencias, de evocaciones. La fenomenología del imaginario se hace preguntas desacostumbradas a una filosofía tradicional: ¿Que ocurre en una conciencia cuando observa una enigmática puerta entreabierta en la oscuridad?, ¿cómo un estrecho hilo de luz de un pórtico anima en nuestra mente imágenes que no vemos pero que se presienten que están más allá cruzando este umbral? ¿Qué hace que veamos recordando a los pintores, en una penosa mancha en la pared, paisajes, animales fantásticos, batallas? ¿Que diferencia fenomenológica hay entre el tic-toc de una puerta y el sonido de un timbre en la imaginación de un dramaturgo? ¿Por qué un silencio puede ser más sugerente que un gran discurso? ¿Que hace que un objeto se electrifique con el aura de un mundo imaginado y se pueda contener un continente en una postal amarillenta? ¿Qué hace que una misma palabra declamada repercuta en la conciencia como el filo de una daga o una caricia? ¿Cómo los niños pueden representarse un viaje en un barco en su ruta por un océano con una simple y vieja silla? ¿Qué hace que los actores crean estar en el lugar de otro? ¿Qué hace que un escultor imagine las formas a través del vacío de los objetos? ¿Qué hace en la pasión amorosa, pasión dominada por la imaginación por excelencia, que alguien se enamore de otra persona que a los ojos de otra se fea y hasta horrible? ¿Por qué cuando besamos cerramos los ojos? ¿Hacia donde tienden esas valorizaciones que definen una ontología del ser por la imaginación. ¿Como la imaginación es una de las facultades preeminentes de lo humano hasta tal punto de no poder hablar de una inteligencia que no sea ella misma imaginación?

Tantas preguntas pueden salir a nuestro paso para remarcar la importancia de la imaginación en todos nuestros actos más cotidianos hasta tal punto que podemos decir que una persona sin imaginación se evidencia como una persona pobre para vivir fecundamente la realidad. La imaginación es conciencia de imaginar y como conciencia que se representa el mundo en el que vive y lo recrea completándolo siempre estará mucho más lejos, siempre hará de su objeto algo más engrandecido, hará de lo percibido algo más hermoso o más terrible.

El objetivo final será trazar los caminos de una estética comparada que enlace el placer de la lectura con la armonización de una poética de los sentidos.

El espacio de praxis que conjuntamente y más adelante genere este espacio de reflexión será, siempre lo hemos defendido, de índole teatral pues es en el teatro donde encontraremos esa sinergia de los vocablos que se pronuncian, los colores que irradian, las materias que se amasan, los espacios que se ensombrecen.

Nos es oportuno asegurar que este espacio de realzamiento de las imágenes sea teatral en dos orientaciones muy definidas: una, como poética de la sustracción y el ocultamiento -imaginar es "no mostrar, es sugerir, evocar, esconder, ocultar, vaciar, desprender, reducir"; y por otro, como poética de la exuberancia -imaginar es agrandar, exagerar, expandir, habitar todas las posibilidades de un sensualismo creciente.

Hemos denominado a nuestro centro "el establo y las estrellas" como si fuera una ocurrencia shakespeariana, un espacio donde lo más humilde se enlaza con lo más elevado. Dos personajes de La Tempestad, Calibán y Ariel, serán los dos rostros ambivalentes de la imaginación, los dos son prisioneros de la alquimia.


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Palabras clave


Palabras clave: imaginario, imaginación creadora, Gaston Bachelard, poética de los sentidos, psicología de la creatividad, teatro sensorial, heurística de la literatura, fenomenología del imaginario, fenomenología de la imaginación, gramáticas del arte, gramática de la fantasía, dramaturgia del imaginario, pedagogía de la imaginación, inteligencia divergente, estética comparada.


Mots clef: imaginaire, imagination créative, Gaston Bachelard, poétique des sens, psychologie de la créativité, théâtre sensoriel, heurística de la littérature, phénoménologie de de ce qui est imaginaire, phénoménologie de l'imagination, grammaires de l'art, grammaire de la fantaisie, dramaturgia de de ce qui est imaginaire, pédagogie de l'imagination.


Key words: imaginary, creative imagination, Gaston Bachelard, poetic of the senses, psychology of the creativity, sensorial, heuristic theater of Literature, phenomenology of the imaginary one, phenomenology of the imagination, grammars of the art, grammar of the fantasy, dramatic art of the imaginary one, pedagogy of the imagination, divergent intelligent.



Paraules clau: imaginari, imaginació creadora, Gaston Bachelard, poètica dels sentits, psicologia de la creativitat, teatre sensorial, heurística de la literatura, fenomenología de l'imaginari, fenomenología de la imaginació, gramàtiques de l'art, gramàtica de la fantasia, dramatúrgia de l'imaginari, pedagogia de la imaginació.





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Autores: Gaston Bachelard, Albert Beguin, Jean Burgos, Italo Calvino, Joseph Campbell, Henry Corbin, Robert Desoille, Gilbert Durand, Mircea Eliade, James Hillman, Jacques Launay, Carl Gustav Jung, Eugéne Minkovski, Sallie Nicols, Vladimir Propp, Giani Rodari, Marius Schneider, Etiene Sorieau, L. S. Vigotski, Mary Warnock, Jean Jacques Wunenburger.







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miércoles, 13 de enero de 2010

Gramola (en construcción)


De una dispar colección de objetos la gramola despierta en mí una dicha que me conmueve. No podría asegurar de su autenticidad. Para mí es un objeto que emana recuerdos, que estimula ser contemplado de manera hipnótica. No conservo mi gramola por un fetichismo de objeto. No soy un anticuario sino un acechador de los objetos que portan atmósferas de sueño. Poder reparar con paciencia un objeto del pasado para que cumpla de nuevo la función que poseía es un placer incomparable al que deberían prestar atención todas las personas dedicadas al arte. La imaginación infantil, natural, posee frente ante la techne de un objeto, dos ímpetus bien remarcados: bien desentrañar el objeto aunque tenga que ser destruido o desmembrado, o bien devolver la vida a un objeto que lleva mucho tiempo sin funcionar. Hay una iniciativa iconoclasta, natural, en la imaginación que le atrae desentranar, romper, fragmentar los juguetes, los objetos, los símbolos, las imágenes; hay una tendencia también natural que retoma los principios de la conservación.


Mi gramola y las sensaciones que despierta a mi imaginación como objeto cargado de onirísmo me revela esta necesidad humana de tomar en los objetos que forman parte de nuestra vida centros de posesión íntima. Descubrir estos centros de posesión íntima proyectados en objetos familiares nos acerca al placer de las primeras posesiones infantiles. La infancia es el espacio imaginario donde aún conservamos nuestros más preciados talismanes. Siempre pienso en esas cajas de hojalata donde cualquier cosa encontrada componía un universo de juego en las tardes aburridas de la infancia. Un "me aburro" y la imaginación se orienta insaciable a depositar en cualquier objeto, por sencillo que sea, el estímulo de una ensoñación.

Lo que me ocurre cuando giro con mucho cuidado la manivela de mi gramola y sobre el plato cubierto de terciopelo poso un disco de pizarra, es que mi imaginación me transporta a las imágenes de una felicidad que no me pertenece. Fue la felicidad de otras personas las que me convierten en un acechador, en un voyeaur de los recuerdos ajenos.

La oigo sonar distante en alguna habitación del pasado, en algún ángulo de una habitación...en alguna hora olvidada del tiempo...

Hay que retroceder en el tiempo y pensar en el día que llegó por primera vez un gramófono a una casa y ocupó el prestigio más elocuente del mobiliario. Hasta ese momento los sonidos grabados, la música diferida, no existía. Debió de ser una sensación bastante insólita para las personas que por primera vez escucharon sus tonadillas preferidas en una gramola. Los discos de pizarra se conservan dentro de libros apergaminados y se inscriben las letras de las canciones, el año, el nombre del cantante. Es el gran suceso familiar.

Hay una similitud entre la aguja que se posa en el surco y la pluma que se posa en el papel, y por esto en algunos discos de pizarra hay grabada la alegoría de un ángel que se posa con una pluma cobre la elípsis del disco. La pluma que escribe, la aguja que suena. Hasta la llegada del gramófono la poesía, la literatura era una de las pocas fuentes donde escuchar los sonidos diferidos del mundo. Pero se necesita una elevada sensibilidad como lector como para captar los sonidos del mundo a través de palabras que son leídas en una página literaria. Los libros no suenan, es la mente la que recoge tonalidades sonoras al adentrarse en el espacio de las palabras. Decir que un lector puede oír lo que lee nos resulta bastante chocante, más cuando en nuestra época somos incapaces ante la abundancia de estímulos externos tener esta capacidad de concentración. Esta capacidad se ha mermado pues nos es difícil comprometer nuestra sensibilidad con los diferentes espectros del silencio -que van desde el murmullo, el susurro más tenue, a los sonidos mentales, los sonidos imaginarios e inaudibles (platonismo). Nuestro tiempo ha hecho desertar del lenguaje los placeres provocados por las sonoridades íntimas, las sonoridades insólitas de la mente.

He estudiado en las tiendas de antiguedades las primitivas gramolas y me sorprende el hecho de como hay una simpatía formal con una botánica de ensueño. Son flores, conchas de mar, recibe su forma los epítetos de una fantástica floral, toda la fantástica de las conchas de mar. Apegar una concha de mar a la oreja es el origen remoto del gramófono. Hay una ley de la imaginación en esta exuberancia y es que se necesita aportar a la técnica esa plusvalía de fantasía formal y aportar todas las potencialidades de una imaginación animal o vegetal. Se necesita hacer del objeto un ser...

Hermenéutica /heurística. La obra bifronte de Gaston Bachelard

“Tuve avidez por conocer las construcciones conceptuales, cada vez más numerosas, y, como también amaba las bellezas de la imaginación poética, sólo he conocido el trabajo tranquilo después de haber separado totalmente mi vida de trabajo en dos partes casi independientes, una bajo el signo del concepto, otra bajo el de la imagen […] Pero mi dilatado oficio me obligaba a escribir libros de enseñanza y libros de placer”. (FPF: 40)

Nuestra forma de hacer textoanálisis va a quedar definido en dos fases sucesivas, concatenadas e internamente relacionadas de la Dramatología: análisis dramatúrgico y análisis hermenéutico. Después de afianzarnos en un conocimiento severo de nuestro objeto de estudio, nos volcaremos en otro proceso de lectura que hemos denominado fenomenología de la imaginación, donde ya nuestro parecer, estaremos embarcados en un proceder de carácter heurístico. La severidad, método y rigor de una Dramatología nos permitirá en esta segunda fase una mayor libertad, y cabe decir, un mayor disfrute. Leemos para sacar provecho en la ardua tarea del conocimiento y leemos los libros porque nos abren siempre una perspectiva maravillada, porque los libros nos hacen soñar. La definición de nuestro método como fenomenología del imaginario, que puede abrumar a cierto lector y ser un poco críptica a quienes no conocen la obra de G. BACHELARD, no deja de ser, en el fondo, más que un juego, una apertura hacia las posibilidades gratificantes y reveladoras de lo lúdico, en las posibilidades de transferencia de la imagen literaria en crear en nuestra mente dinámicas o movimientos de imágenes.

Podemos comprender como en nuestro doble recorrido de lector avezado existen dos formas de proceder de la lectura: una que llamaremos diurna y otra nocturna. Con esta forma de proceder estamos encarando un dualismo muy presente en la obra de G. BACHELARD entre su actividad como epistemólogo y su obra dedicada a la imaginación poética. Si bien este dualismo se nos revela, después de haber estudiado en profundidad la obra de G. BACHELARD, como enriquecedora y complementaria, no dialéctica.

Por esta razón en nuestro trabajo de tesis hemos decidido trabajar según este dualismo entre lo diurno, donde imprime su sello la reflexión crítica y el distanciamiento hermenéutico, y la faceta nocturna, que nos dirige a una lectura ensoñada, donde entran en juego las tonalizaciones individualizantes y el sustrato simbólico común que las alimenta. Veremos como este segundo proceso nos predispone no ya a establecer un círculo hermenéutico sobre nuestro objeto de estudio. Superado esta dilucidación de nuestro texto nos encontraremos en la tesitura de un círculo heurístico, donde cabe la posibilidad de la creación, la exploración de la inventiva y el juego creador. La primera se vuelca en la comprensión y el entendimiento del texto dramático y es capaz de aportar una reducción reflexiva y por tanto realiza una lectura lineal y horizontal. De aquí se extrae un provecho del sentido, un provecho crítico. Según nuestra forma de interrogar el texto podremos hacer un cierre semántico sobre sus sentidos. La segunda que hemos denominado “nocturna” trata de la “lectura ensoñadora”, por la cual, no se opera una reducción, sino una apertura. El imaginario posee sus propias leyes que nos descubren sus tendencias siguiendo unas líneas motrices. El texto dramático en esta segunda forma de lectura no se reduce a significado sino en la forma que tienen sus imágenes de repercutir en el imaginario del lector con nuevos valores, y es por esto que G. BACHELARD nos ofrece claves para suscitarla. En esta cercanía e intimidad con nuestro objeto de estudio toda racionalización de la imagen poética se convierte en un obstáculo del onirísmo profundo. En la primera fase, el lenguaje es significado, es signo y símbolo, y en el segundo periodo podemos observar como el lenguaje sueña, como a través de el siguiendo el caudal de sus imágenes nos hace soñar. La imagen poética después de realizado nuestro textoanálisis, no es un forma dispuesta ante nuestro entendimiento, no se analiza, no se comprende. Atrás ha quedado el dominio de la reflexión y la dilucidación, sino que se habita. Por tanto solo puede hablarse de las vivencias concomitantes que pueden ser apropiadas a su expresión y que giran alrededor de cada imagen. Esta segunda forma la denominaremos lectura vertical. Lo que esta forma de leer nos descubre es un provecho del ser, una vivencia de la imagen. Nuestro proceder haciendo una síntesis esquemática, puede quedar figurado por una doble copa, o émbolo, que se cierra en su centro, que nos muestra dos actividades: una que va estrechándose y reduciéndose en una hermenéutica y otra que se abre amplificándose en lo heurístico.


Ofreciendo más matices que nos serán útiles para la comprensión de nuestro método ofrecemos una lista de dualidades englobadas dentro del régimen diurno y nocturno.

LECTURA EN Animus / LECTURA EN Anima
[1]: en la obra de G. BACHELARD estas dos palabras tienen un significado muy especial, ambas designan el espíritu y el alma. Nos encontraremos estos dos vocablos de manera habitual en el cuerpo de sus ensayos y caracterizan respectivamente lo masculino y lo femenino. No se trata, y hay que remarcarlo muy bien, una designación de los dos sexos. Todo hombre o mujer guarda en su ser una vida de animus y una vida de anima por lo cual está abierto a relaciones cuadripolares. Vamos a observar que los procederes de lectura responden también a este dualismo:

“En suma hay que reconocer que hay dos lecturas posibles: la lectura en animus y la lectura en anima. No soy el mismo hombre según lea un libro de ideas en el que el animus debe estar vigilante, pronto a la crítica, a la respuesta, o un libro poético cuyas imágenes deben ser recibidas en una especie de acogida trascendental de los dones. Para ser el eco de ese don absoluto que es una imagen de poeta, sería necesario que nuestra anima pudiese escribir un himno de agradecimiento” (AS: 101). Siguiendo con la acción lectora el “animus lee poco; el anima lee mucho” (PES: 104)

Al animus corresponde siempre el ámbito del pensamiento, las construcciones intelectuales, las verificaciones, los proyectos “al animus pertenecen los proyectos y las preocupaciones” (PES 2002: P. 100)

En este extracto vemos también dibujado su contraste, “Así el ser integral, suma de lo humano, está presentado sucesivamente en sus virtudes activas del elemento masculino y en sus poderes de conservación del femenino, antes de que se produzca la síntesis, como solidaridad toral del animus y del ánima”. (PES: 135)

Todo lo que nos lleva al reposo y a la ensoñación, todo lo que protege al soñador de imágenes es virtud del anima. “La ensoñación está puesta bajo el signo del anima. Cuando la ensoñación es realmente profunda, el ser que viene a soñar en nosotros es nuestra anima”. (PES: 102)

RELOJ DE ARENA / LLAMA DE UNA VELA:

“Llama y reloj de arena expresan, en la meditación apacible, la comunión del tiempo leve y del tiempo pesado. En mi ensoñación, expresan la comunión del tiempo de anima con el tiempo de animus. Me gustaría soñar con el tiempo, con la duración que transcurre y la duración que vuela, si pudiera reunir en mi celda imaginaria la vela y el reloj de arena”. (V, 5)

LO TEMPORAL / LO INTEMPORAL, EL INSTANTE:

“El conocimiento es una obra temporal por excelencia” (II: 17)

ESPÍRITU, RAZÓN/ ALMA, IMAGINACIÓN:

“Le corresponde al espíritu la tarea de crear sistemas, de organizar experiencias diversas para intentar comprender el universo. Al espíritu le conviene la paciencia de instruirse a lo largo de todo en paseo del saber. ¡El pasado del alma está tan lejos! El alma no vive siguiendo la corriente del tiempo y encuentra su reposo en los universos que la ensoñación imagina”. (PES: 30)

OPUS DIURNO / OPUS NOCTURNO:

“Demasiado tarde conocí la buena conciencia en el trabajo alternado de las imágenes y de los conceptos, dos buenas conciencias que sería la del pleno día y la que acepta el lado nocturno del alma”. (PES: 87)


TIEMPO HORIZONTAL / TIEMPO VERTICAL
[2]. También podemos observar como el tiempo no escapa de esta inflexión entre estos dos regímenes. De este modo para C. BACHELARD el tiempo encadenado, el tiempo de la duración es una dimensión abstracta y artificial, significa volver a una posición idealista y abstracta

“Volvamos pues al punto de partida idealista, aceptemos tomar como campo de experiencia nuestro propio espíritu en su esfuerzo de conocimiento. El conocimiento es una obra temporal por excelencia” (II: 17).

Ante esta concepción la imagen poética es obra del instante, al que denomina tiempo vertical, “y ese tiempo vertical es lo que el poeta descubre cuando desecha el tiempo horizontal, es decir, el devenir del prójimo, el devenir de la vida, el devenir del mundo” (DS: 228);

“en todo poema verdadero, se pueden encontrar los elementos de un tiempo detenido, de un tiempo que no sigue la medida, de un tiempo que nosotros llamaremos vertical para distinguirlo de un tiempo común que huye horizontalmente con el agua del río, con el agua que pasa”. (DS: 226-227)


CONCEPTO / IMAGEN: “Las imágenes no son conceptos. No se aíslan en su significación. Precisamente tienen a rebasar su significación”. (TER: 13)

“Si tuviera que resumir una carrera irregular y laboriosa, marcada por diversos libros, lo mejor seria ponerla bajo los signos contradictorios, masculino y femenino, del concepto y de la imagen. Entre el concepto y la imagen no hay síntesis […] Quién se entrega con todo su espíritu al concepto, con toda su alma a la imagen, sabe bien que los conceptos y las imágenes se desarrollan sobre dos líneas de la vida espiritual. Quizás incluso sea bueno excitar una rivalidad entre la actividad conceptual y la actividad de la imaginación. En todo caso, sólo encontraremos desengaños cuando pretendemos hacerlas cooperar. La imagen no puede dar materia al concepto. El concepto al darle estabilidad a la imagen no puede dar materia al concepto. El concepto al darle estabilidad a la imagen sólo ahogaría su vida” ” (PES: 84)

“De este modo, las imágenes y los conceptos se forman en esos dos polos opuestos de la actividad psíquica que son la imaginación y la razón. Entre ellas juega una moralidad de exclusión. Esto no tienee nada en común con los polos de un magnetismo. Aquí los polos opuestos no se atraen; se rechazan. Hay que amar los poderes psíquicos con dos amores diferentes si se aman los conceptos y las imágenes, los polos masculino y femenino de la psqiquis”. (PES: 86)

“la imagen poética es variable. No es como el concepto, constitutiva.” (PE: 10)

“En esencia, uno no imagina las ideas. Lo que es más, cuando se trabaja en un campo e ideas, esnecesario excluir las imágenes” (FPF, 38)

APRENDER / DESAPRENDER, DESMADURIZARSE, DESFILOSOFARSE:

“Cuando un alma sensible y culta recuerda sus esfuerzos por trazar, según su propio destino intelectual, las grandes líneas de la Razón, cuando estudia, por medio de la memoria, la historia de su propia cultura, se da cuenta de que en la base de sus certidumbres íntimas queda aún el recuerdo de una ignorancia esencial” (II: 7)


“Un filósofo que ha formado todo su pensamiento adhiriéndose a los temas fundamentales de la filosofía de las ciencias […] debe olvidar su saber, romper con todos sus hábitos de investigación filosófica si quiere estudiar los problemas planteados por la imaginación poética”. (PE: 7);

GNOSIS / POIESIS:

“Deberían organizarse dos vocabularios para estudiar, uno el saber, el otro, la poesía. Pero esos vocabularios no coinciden. Sería inútil redactar diccionarios para traducir una lengua a la otra. Y la lengua de los poetas debe ser aprendida en forma directa, precisamente, como el lenguaje de las almas”. (PES: 31)

“Se pudo alguna vez, hacer poesía con pensamiento” (V: 6)

COMPRENDER / ADMIRAR:

“Es una falta de sentido pretender estudiar objetivamente la imaginación, puesto que no recibimos realmente la imagen sino la admiramos” (PES: 86)

REDUCIR / EXAGERAR:

“Ahí, lejos de reducir y explicar, lejos de comparar, el fenomenólogo exagera la exageración” (PE: 50)

VIDA ADULTA / VIDA INFANTIL
[3]:
REDUCCIÓN HERMENÉUTICA / APERTURA FENOMENOLÓGICA:
“Pero el fenomenólogo que, por principio, se niega a toda actitud crítica, no puede olvidar que en el exceso mismo del ser dado a unas palabras, en el exceso mismo de las imágenes, se manifiesta un sueño en profundidad”. (PE: 149)
“Pero si la reducción es fácil, por esto mismo la exageración es fenomenológicamente más interesante. El problema que estudiamos es muy favorable, a nuestro juicio, para señalar la oposición de la reducción reflexiva y de la imaginación pura”. (PE 2006: 258)
“La exigencia fenomenológica con respecto a las imágenes poéticas es, por lo demás, simple: consiste en poner el acento sobre su virtud de origen, captar el ser mismo de su originalidad, beneficiándose así de la insigne productividad psíquica de la imaginación” (PES: 11)
Lenguaje vigilado. Prudencia / Lenguaje descansado. Imprudencia:

“La actitud prudente, ¿no es acaso por sí sola la negación de obedecer a la dinámica inmediata de la imagen?” (PE: 9)

OBJETIVIDAD / SUBJETIVIDAD:
“”Pensaba que debía estudiar las imágenes tal como tenía el hábito de estudiar las ideas científicas, tan objetivamente como me fuera posible. No advertía cuán paradójico era estudiar –objetivamente- los vuelos de la imaginación que introducen lo inesperado en el lenguaje” (FPF: 33)

DISTANCIAMIENTO / ADHESIÓN:
“La fenomenología de la imagen nos pide que activemos la participación en la imaginación creadora” (PES: 14)

LECTURA LINEAL / LECTURA ARMÓNICA YEN P ROFUNDIDAD:

“El lector de un libro que sigue las ondulaciones de una gran pasión, puede sorprenderse ante esta interrupción de la cosmicidad. Y es que sólo lee el libro linealmente, siguiendo el hilo de los acontecimientos humanos. Para él, los acontecimientos no necesitan fondo. ¡Pero de cuántos ensueños nos priva la lectura lineal!” (PE: 199)

TRADICIÓN Y CULTURA / ORIGEN E INGENUIDAD:

“La fuerza más grande es la ingenuidad” (II: 62)

“Todos poeta, incluso el más directo, ha pasado por un periodo de lenguaje reflexionado, de lenguaje meditado. Si se sirve de una etimología inefable, si de repente encuentra la gracia de una ingenuidad, toma tal conciencia de ello que usa la ingenuidad como destreza”. (L: 59)

“La imagen, en su simplicidad, no necesita un saber. Es propiedad de una conciencia ingenua. En su expresión es lenguaje joven. El poeta, en la novedad de sus imágenes es siempre origen del lenguaje”. (PE: 11)

ENTENDER EL LENGUAJE / SOÑAR EL LENGUAJE:

“En verdad las palabras sueñan” (PES: 36)

CONTENCIÓN / LIBERTAD:

“[…] hemos llegado a la siguiente conclusión: que la contención es una actividad normal, una actividad útil y, mejor aún, una actividad alegre. No hay pensamiento científico sin contención. La contención está en el origen del pensamiento atento, reflexivo, abstracto. Todo pensamiento coherente está constituido sobre un sistema de inhibiciones sólidas y claras”. (PF: 166-167)

COMUNIDAD / SOLEDAD:

“Todo comenzó a andar un poco mejor en mi vida de trabajo cuando advertí que podía, que debíaa llevar dos vidas. Para desempeñar mi oficio de profesor de filosofía de las ciencias tenía que seguir instruyéndome, escuchando la lección de los otros, de todos los que trabajan activamente en la ciudad científica. Pero también tenía derecho a la soledad, a mi soledad, la soledad de la ensoñación, la soledad de mis ensoñaciones” (FPF: 41)

IRONIZAR/ ORINIZAR:

“Lejos de maravillarse, el pensamiento objetivo debe ironizar. Sin esta vigilancia malévola jamás alcanzaremos una actitud verdaderamente objetiva” (PF: 8)

“Aquí las obligaciones del fenomenólogo consisten en transformar la ingenuidad de las imágenes tradicionales en ingenuidad personal. Es con esta ingenuidad primera que se deben considerar las imágenes fantásticas”. (FPF: 82)











[1] Véase BACHELARD, Op. cit. 2002: Cap. II ,”Ensoñaciones sobre la ensoñación. Animus-anima”. P. 88-148p.

[2] Véase BACHELARD, Op. Cit. 1997: Cap XXV, “Instante poético e instante metafísico” p. 226-234, y sobre todo Ibidem. La intuición del instante. México. Fondo de cultura económica. 2000.
[3] Véase BACHELARD, Op. cit. 2002: Cap. III. “Las ensoñaciones que tienden a la infancia” p. 149-217



9.2. Esquema de dualidades bachelardianas que hemos hecho nuestros en nuestra forma de leer


Lectura en animus. Circulo hermenéutico / Lectura en anima. Círculo heurístico.

Pensamiento /Creación

Maestro del pensar / Provocador de la imaginación

Inteligencia / Sensibilidad

Cultura / Naturaleza

Sol / Luna

Régimen diurno / Régimen nocturno

Reloj de arena / La llama de una vela

Lo temporal / Lo intemporal, el instante

Tiempo horizontal, tiempo pesado /Tiempo vertical, tiempo leve

Concepto. Estaticidad de las ideas / Imagen. Metamorfosis de las imágenes

Aprender / Desaprender, desmadurizarse, desfilosofarse

Textoanálisis (composición, encadenamiento) / Leer ensoñando, “lecture-rèverie”

Provecho del sentido / Provecho del ser

Tradición / Ingenuidad, novedad, originalidad, “escuela de inocencia”. Primitividad de la imaginación

La lectura como acción incontaminada de toda opresión de forma y de sentido /La poesía es origen del lenguaje. Lenguaje fundacional

Gnosis/razón / Poiesis/imaginación

Ordenar, jerarquizar / Canalizar

Sensibilidad ilustrada / Sensibilidad innata

Entender, comprender / Entusiasmar, admirar

Convención / Convición

Estudiar. Lo didáctico / Jugar. Lo lúdico

Libros de enseñanza / Libros de placer

Vida adulta / Vida infantil, lo primitivo

Memoria / Imaginación

Rutina, hábito / Juego, actualizar

Lo inductivo, lo deductivo / Lo proyectivo

Reducción reflexiva y analítica, meditar, demostrar/ evidencia racional / Deducir, resumir, inducir


Enseñar /Evocar


Seducir, propulsar, desarrollar, postular, experimentar, excitar, elogiar


Extroversión / Introversión

Distanciamiento hermenéutico. Vigilancia y severidad, sensatez / Apertura, ensanchamiento, exageración, idealización, conmoción, maravilla, excitación, satisfacción íntima


Objetividad /subjetividad


Recepción distanciada de la lectura

Lenguaje vigilado. Prudencia. Función semántica del lenguaje. Autoridad del hermeneuta /
Adhesión, transferencia, Participación, cocreación lectora, el lector es un autor, “orgullo del lector”. Entregarse a la lectura

Recepción activa de la lectura / Lenguaje descansado. Entusiasmo. Función psíquica natural

Sinceridad y modestia del fenomenólogo

Lectura lineal: encadenamiento, composición, estructura. Lógica argumental. Lectura metódica
Lectura atenta / Lectura armónica. Lectura en profundidad, profundidad. “lectura diáfana”, suspensión, “subitaneidad de la imagen”, Lectura suspensa

Poesía exterior de la palabra / Poesía interior de la palabra

Entender el lenguaje / Soñar el lenguaje

Búsqueda de la objetividad. Desubjetivación / Desobjetivación. Repercusión o “retentissement”. Subjetividad, transubjetividad

Cierre semántico sobre el texto literario de acuerdo con esquemas metódicos / Lo abierto, lo suscitado, cadena de polivalencias, polisemantismo “surpassement”

Intelectualizar la imagen (símbolo, signo) / Vivenciar la imagen (fenómeno)

Discernir / Ensoñar

Contención / Libertad, expansión

Obstáculos epistémicos que dificultan la certeza / Obstáculos oníricos que oprimen la imaginación

Disciplina / Anarquía personal, desobediencia

Hombre exterior: comunidad, sociedad. El que necesita de los otros para pensar. Voluntad social / Hombre interior: Intimidad, soledad, recogimiento. Voluntad íntima

Ironizar / Onirizar, ingenuidad, creer en la imagen

Causalismo de la imagen / Lo constitutivo


Hermenéutica versus Heurística


“Llegamos así a una poesía del proyecto que abre verdaderamente la imaginación” (L: 139)

“Una intuición no se demuestra, sino que se experimenta. Y se experimenta multiplicando o incluso modificando las condiciones de sus uso” (II: 9-10)

“Para determinar el lugar que le corresponde a una estética del lenguaje en una estética general, sería necesario establecer los lazos que mantiene –que creemos que mantiene- con la estética de los pintores, de los escultores, de los músicos. La palabra imagen está tan fuertemente enraizada en el sentido de una imagen que se ve, que se dibuja, que se pinta, que necesitaríamos hacer grandes esfuerzos para conquistar la realidad nueva que la palabra imagen recibe al añadírsele el adjetivo literaria”. (FPF 43)


Círculo hermenéutico. El término hermenéutica proviene del verbo griego hermēneuein que significa declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna cosa es vuelta comprensible o llevada griegos atribuían el origen del lenguaje y la escritura y consideraban patrono de la comunicación y entendimiento humano; lo cierto es que este término originalmente expresaba la comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses u
oráculo, que precisaba una interpretación correcta. Otros dicen que el término hermenéutica deriva del griego "ermēneutikē", que significa "ciencia", "técnica" que tiene por objeto la interpretación de textos religiosos o filosóficos, especialmente de las Sagradas Escrituras; "interpretación" del sentido de las palabras de los textos; "teoría", ciencia volcada en la interpretación de los signos y de su valor simbólico.a la comprensión. Se considera que el término deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los

Círculo heurístico. Se denomina heurística a la capacidad de un sistema para realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines. La capacidad heurística es un rasgo característico de los
humanos, desde cuyo punto de vista puede describirse como el arte y la ciencia del descubrimiento y de la invención o de resolver problemas mediante la creatividad y el pensamiento lateral o pensamiento divergente.
La etimología de heurística es la misma que la de la palabra eureka, cuya exclamación se atribuye a
Arquímedes en un episodio tan famoso como apócrifo. La palabra heurística aparece en más de una categoría gramatical. Cuando se usa como sustantivo, identifica el arte o la ciencia del descubrimiento, una disciplina susceptible de ser investigada formalmente. Cuando aparece como adjetivo, se refiere a cosas más concretas, como estrategias heurísticas, reglas heurísticas o silogismos y conclusiones heurísticas. Claro está que estos dos usos están íntimamente relacionados ya que la heurística usualmente propone estrategias heurísticas que guían el descubrimiento.