sábado, 31 de octubre de 2009
Pepe Carvalho
http://www.youtube.com/watch?v=JwHoldJVcss
viernes, 30 de octubre de 2009
XIV. La plaça del diamant
La palabra Colometa posee para mí un significado maravilloso. Es una palabra blanca, tan blanca que no me atrevo a pronunciarla. Es la palabra catalana que más respeto me produce del vocabulario de una lengua que se protege de no desaparecer. Podrán crear departaments para el salvamiento de una lengua pero si esa lengua no es soñada no servirá de nada departamentos ni políticas culturales. He leído La plaça del diamant solamente para adentrarme en el espacio de esta palabra. Ès una palabra -nido. Todo lo que es puro, honesto, digno en Barcelona, se resume en la palabra C.....................................O......................................L........................................O.........................................M.......................................E...................................T..................................................A.
Para mí esta novela es la comprensión del silencio de una mujer humilde, la dignidad de una persona que a veces no entiende muy bien lo que ocurre a su alrededor y no ha elegido ni siquiera el nombre para ser nombrada. Guardo en mi casa un pañuelo blanco de lino muy antigüo con bordados de hojas de vid que solo se pueden percibir a la contraluz de la luz de mi ventana a mediodía... Es tan bonito y lo conservo con tanto tesón. Es un objeto protegido en el rincón más íntimo de mi casa. Sus flecos son lacios y suaves que a veces se enredan en mis dedos y yo lucho por densenredarlos con tanta ternura pues una persistencia demasiado fuerte podría romper sus hilos. Así que paso horas desenredando sus flecos que son como arroyos de hilo, y en mi mente, intento también desenredar el mapa oculto de Barcelona. Extiendo mi pañuelo blanco a contraluz y juego con el universo blanco que me evoca y sucede que al adentrarme en su espacio blanco todo se convierte en bueno, en honesto.
L´olor de carn, de peix, de flors i de verdures es barrejava i, encara que no hagués tingut ulls, de seguida hauria endevinat que m´acostva a la plaça de vendre. Sortia del meu carrer i travessava el carrer Gran, amb tramvies amunt i avall, grocs, amb, campaneta. Amb el conductor i el cobrador amb vestits ratllats de ratlles fines que tot plegat feia gris. El sol venia tot sencer de la banda del passeig de Gracia i ¡plaf! per entre el rngles de les cases queia damunt de les lloses dels balcons. Els escombreiaires escombraven, amb les grans escombres de branquillons de bruc, com si fossim fets de pasta d´encantament: escombraven el reguerons. I´m anava ficant en l´olor de la plaça de vendre per acabar a dintre de les empentes, en un riu de espés de dones i de cistells. La meva musclaire, amb maneguins blaus i devantal amb pitet, omplia mesures de musclos y petxines, ja rentats amb aigua solça peró que encara duien enganxada pels dintres, i l´escampaven, olor de mar. Dels rengles de les tripaires sortia l´olor fada de mort. l rebui de les bésties tot servia per ser venut damunt de fulles de col: els peus de cabridet. els caps de cabidet amb l´ull de vidre, els cors partits, amb un canal buit al mig, embussat per una gleba de sang presa: un glop de sang negra...Dels ganxos penjaven els fetges molls de sang per dintre i les tripes humides i el cap bullit i totes les tripaires tenien la cara blanca, de cera, de tant estar a la vora d´aquells menjars sense gust, de tant bufar les freixures de color de rosa, girades d´esquena a la gent, com si fossin un pecat...La meva peixatera, amb dents d´or i rient, pesava palangres i a cada escata hi havia, petita que gairebé no es veia, la bombeta que penjava damunt la panera de peix. L es llísseres, les lluernes, els llobarros, les escórpores de cap gros, que sembalven acabades de pintar, amb les espines a la ratlla de l´esquena com les punxes d´una gran flor...tot sortia d´aquells onades que a mi em deixaven buida quan m´hi asseia al davant, a cops de cua i amb el ulls fora del cap. Les cols de paperina me les guardava la meva verdulaire, vella, prima i sempre de negre, amb dos fills que li cuidaven els horts...
I tot anava així, amb maldecaps petits, fins que va venir la república i en Quintet se´m va engrescar i anava pels carrers cridant fent voleiar una bandera que mai no vaig poder saber d´on l´havia treta. Encara em recordo d´aquell aire fresc, un aire, cada vegada que me´n recordo, que no l´he pogut sentir mai més. Mai més. Barrejat amb olor de fulla tendra i amb olor de poncella, un aire que va fugir, i tots els que després van venir mai més no van ser com l´ aire aquell d´aquell dia que va fer un tall en la meva vida, perque va ser amb abril i flors tancades que els meus maldecaps petis es van començar a tornar maldecaps grossos.
Mercé Rodoreda. La Plaça del diamant.
martes, 27 de octubre de 2009
Joel Crepúsculo. Primer borrador.
Hoy he traído a mi mesa de las sederas un objeto un tanto especial. Yo sé que Joel desea que que le hable de este bello objeto que guardo celosamente en mi biblioteca de objetos olvidados. Nunca te he hablado de él, Joel, pero sin embargo sé que intuyes de su existencia. Y si te lo mostráse sería menos evocador que el intentar verlo ahora a través de mis palabras. Este objeto es un libro. Poseeo muchos libros guardados en cajas, libros sobre los que ya no discuto, tantos libros mal leídos, tantos libros impetuosos, pero éste es para mí un libro precioso, mágico. Es un libro tan modesto, tan humilde y a la vez con un profundo significado. Me lo regaló hace varios años la hija de un carpintero de barcos. Padre e hija lo editaban en su modesta editorial y lo encuadernaban con mimo a mano. Permitidme que os describa mi preciado libro. Lleva por título "Guía de las estrellas" y su autor es Pierre Sizare. Su cubierta es de papel verjurado con un doblez de la mitad de un pliego en las dos tapas que provoca mi sonrisa por su ingenuidad. En el centro de la portada hay inscrita una estrella de ocho puntas con tinta dorada que gravita dentro de una elipse. Este libro tiene exactamente cincuenta páginas y nos permite reconocer en el firmamento las cincuenta estrellas más brillantes del firmamento. Su breve prólogo nos explica los jalones de la lectura de este libro: "Esta guía para reconocer las principales estrellas pueden utilizarla, sin ningún conocimiento prreliminar de Astronomía, todos los que por afición o por necesidad se dedican a la observación del firmamento estrellado".
Mi guía de las estrellas no es un libro de Astronomía al uso. Posee los conocimientos indispensables para orientarse por el mar o por el desierto. Sin duda es la topografía estelar que cualquier navegante de la antiguedad conocía lo suficientemente bien para no perderse por los mares y las montañas.
A falta de un cielo estrellado que surca la ventana de mi cuarto me consuelo colocándo mi dedo índice sobre las rutas que me suscitan las diferentes constelaciones. Entonces suelo detenerme e imaginar las estrellas como flores musicales. Pienso que cada estrella`que brilla en el espacio infinito es una canción. Pienso siempre que cuando una canción despierta un destello en los ojos de una persona nace una hermana luminaria en el firmamento. Mi universo musical no será mayor que estas cincuenta estrellas más brillantes del cielo grabadas en la carta ecuatorial. Cincuenta estrellas rutilantes, cincuenta canciones sobre las que no pasa el tiempo, cincuenta emociones humanas.
Mi ojo ha enfocado el nombre de una de estas estrellas pues quiero entregársela a Joel. Es nombrada como "Al Naïr" y está situada en la costelación Grulla, Mag. 2,16; coordenadas aproximadas -ascensión recta AR 22 h 5m, declinación 47º 2 s; y su color es blanco. Deberás colocar tu cuarzo más preciado, aquel que te gusta acariciar, sobre un paño blanco y pronunciar en un murmullo "Al NaÏr". Cuando el cuarzo destelle podrás ver como asciende una filigrana musical hacia alguna profundidad del espacio imaginario, allí donde se encuentra esta estrella. Deberás estar muy atento y en silencio para poder percibir el cimbreo en tu oído...
domingo, 25 de octubre de 2009
Depose
martes, 20 de octubre de 2009
Tesis doctoral: deshacer todo lo escrito
La universidad me desazona. Creo que la universidad ha acabado para mí. Siento la necesidad imperiosa de hacer desaparecer toda idea que no provenga de mi experiencia, quero liberarme toda imposición externa sobre lenguaje, desprenderme de toda utilidad ajena al valor del lenguaje...menosprecio cada vez la pedantería y el intelectualismo...quiero adentrarme en el interior de las palabras...quiero volver a escuchar las palabras....quiero estar semanas enteras viajando por los recovecos de un nombre...quiero encontrar mi manera de escribir...quiero jugar con las imágenes e ilusionarme como si fueran sortilegios....Tengo problemas con la sintaxis....es una técnica de silencios. Que los escritos se borren y se deshilvanen es lo mejor que le puede pasar al pensamiento.
miércoles, 7 de octubre de 2009
La embocadura teatral (en construcción)
Pienso que muchos objetos emulan la dulcedumbre de observar el fuego en la chimenea antes de dormir. La lumbre acompañaba en el pasado la narración de historias y de cuentos. La radio, mi radio, conserva la misma iluminación, la misma atmósfera de antaño. Como objeto parlante, objeto murmurante, nos traslada a remotas sensaciones que una genealogía de los sueños remontaría a la primera visión del fuego.
Un día asistí al teatro, las luces se apagaron y la función comenzó, y adelante mis manos hacía el rescoldo de luz. La embocadura se hizo progresivamente cercana mientras imaginaba su candidez de ser. Suelo acercar mis manos hacia adelante cuando espero el comienzo de la representación teatral, siento la necesidad de calentar mis manos. De este modo, mi radio, la chimenea de los cuentos, el primer fuego que grava sombras sobre las paredes de una gruta, la embocadura teatral son esa familia de cosas y palabras que poseen una misma raíz en el onirísmo.
martes, 6 de octubre de 2009
Georges Bataille: una primera selección de textos
Autor:
Bataille, Georges, (1897-1962)
Título:
Discusión sobre el pecado / Georges Bataille ; prólogo Américo Cristófalo ; posfacio Jean-Michel Vappereau
Editorial:
Buenos Aires : Paradiso ediciones, cop.2005
Descripción física:
119 p. ; 19 cm
Notas:
Recoge conversaciones entre Georges Bataille, Jean Daniélou, Jean Hyppolite, Pierre Klossowski, y Jean Paul Sartre con respecto al concepto de pecado
Tít. orig. : Discussions sur le péché extraído de La Somme Athéologique Tome II, Anexes Oeuvres complètes VI
ISBN:
987-9409-49-3
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Autor:
Bataille, Georges (1897-1962)
Título:
El Ojo pineal ; precedido de El ano solar y Sacrificios / George Bataille ; presentación y traducción de Manuel Arranz
Edición:
2ª ed
Editorial:
Valencia : Pre-Textos, 1997
Descripción física:
105 p
ISBN:
84-85081-21-8
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Bataille, Georges, (1897-1962)
El erotismo / Georges Bataille
1 ed. en Fábula
Barcelona : Tusquets, 2007
289 p., [16] p. de il. ; 20 cm
Fábula ; 270
Referencias bibliográficas
El autor explora en su obra el tema del erotismo desde un punto de vista filosófico, en la medida en que, sin dejar de ser una actividad estrictamente humana, nos enfrenta sin cesar a nuestra naturaleza animal
D.L.B.48493-2007
978-84-8383-037-6
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Autor:
Bataille, Georges (1897-1962)
Título:
La oscuridad no miente : textos y apuntes para la continuación de la "Summa ateológica" / Georges Bataille ; selección, traducción y epílogo de Ignacio Díaz de la Serna
Editorial:
Madrid : Taurus, [2002]
Descripción física:
254 p. ; 22 cm
ISBN:
84-306-0454-5
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Autor:
Bataille, Georges, (1897-1962.)
Título:
Las lágrimas de Eros / Georges Bataille ; introducción de J.M. Lo Duca ; traducción de David Fernández
Edición:
1a. ed
Editorial:
Barcelona : Tusquets, DL1997
Descripción física:
266 p. : il. n. ; 21 cm
Colección:
Ensayo (Tusquets)
Notas:
Tít. orig.: Les larmes d'Eros
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Autor:
Bataille, Georges
Título:
Historia del ojo / Georges Bataille ; prólogo de Mario Vargas Llosa ; ilustraciones de Hans Bellmer
Edición:
[9a. ed.]
Editorial:
Barcelona : Tusquets, 2007
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Autor:
Bataille, Georges, (1897-1962)
Título:
La literatura y el mal :Emily Brontë, Baudelaire, Michelet, Blake, Sade, Proust, Kafka, Genet / Georges Bataille
Edición:
2a. ed., [3a.] reimp
Editorial:
Madrid : Taurus, 1987
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viernes, 2 de octubre de 2009
Manifiesto
“La saciedad es inmediata el deseo interminable”
Julian Beck
“La sola idea de que no haya inventado las rosas me resulta insoportable”
Mayakovski
La lógica económica y la lógica institucional definen y constituyen con su poder de legitimización lo que debe ser y existir en el teatro. Los teatros actuales dependen para substituir, uno, de una dependencia enorme con las instituciones publicas, o segundo, adaptarse a una lógica del mercado.
Quizá por estas razones el teatro enfrentado a un sistema que difumina sus fuerzas, y convierte cualquier acción de rebeldía en un sinsentido parece una propuesta de locos y de ingenuos. Pero no nos engañemos el teatro siempre ha representado una acción imprevisible fuera de las normas instituyentes, ha hecho de su vulnerabilidad su fuerza, en su soledad ha establecido la unión.
El teatro ha inventado constantemente sus límites y sus límites han sido los de la imaginación.
“Solo el misterio, solo el misterio, nos hace vivir”
Federico García Lorca
Y como expresar en el teatro toda la poesía, como golpear la escena con los dilemas de nuestro tiempo si permanece bien delimitado en los límites establecidos de la cultura. El teatro es el espacio donde deberíamos preguntarnos cuanta libertad somos capaces de conquistar, cuanta libertad es capaz de albergar un hombre.
Un cambio positivo en los campos de trabajo teatral sería recuperar una idea de tentativa. Una tentativa que surgiese como ejercicio constante de lo efímero.
Organizaremos tentativas centradas en los fundamentos del lenguaje. Negaremos cualquier idea de producción, de resultado, por una idea de tentativa y de acción. De esta manera nuestros riesgos serán estéticos, formales, ideológicos y no de otra índole, nuestros riesgos serán estrictamente teatrales.
Plantearemos el teatro desde espacios insólitos ya que no es necesario un teatro para hacer teatro, ni espectadores comunes, cualquier espacio, cualquier situación podrá ser fecunda en posibilidades de expresión.
Ante la idea de individualismo anteponemos la tribu, la creación colectiva, personas afines que buscan encarecidamente un espacio propio de libertad, un modo rítmico de la vida.
Rechazamos el uso de iluminación, sonido, decorados y cualquier tecnología espectacular por una idea de contexto. Luz contextual, sonidos accidentales, espacios encontrados, acontecimientos, aprovechamiento de marcos. Nuestros espacios serán interticiales, serán los espacios ocultos, los espacios de sombra. Solo dejando el teatro en su esqueleto podremos recuperar su espíritu.
Nuestros actores carecerán de vestuario, caracterización. . La voz es nuestra maquina.
La belleza es un monstruo
Alfred Jarry
Nuestro teatro tendrá un repertorio en el que se trabajaran los textos preponderantes de la literatura dramática y deseamos volcarlos a escena en un ejercicio de síntesis. Descubrir lo realmente moderno en lo antiguo, y lo antiguo en lo moderno.
No necesitamos actores virtuosos, ni especialmente bellos, ni que nos muestren su buen hacer, aunque nos encantan, lo que realmente queremos es descubrir el monstruo hermoso que todo el mundo esconde. El arte del actor es el arte de descubrir lo insólito dentro de uno mismo.
Rechazamos la escenografía por una idea de teatro de 360º. Abandonaremos los teatros por las calles, las plazas, los espacios abiertos, los lugares alejados de la cultura y la oficialidad. Nuestro teatro no tendrá ni muros ni paredes, no necesita edificios ni teatros. No hay un espacio fijo para el teatro, su lugar es la errancia sin fin.
Buscaremos nuevos contextos de recepción y por tanto no creemos en los espacios de la cultura.
Actuaremos desde los planos insólitos de la vida descubriendo el placer de actos inconfesados cargados de una rabiosa anarquía.
Rechazamos el buen gusto, el buen hacer, una belleza sin desastre, por una idea de lo terrible. La belleza será terrible o no será.
El teatro nace como expresión de una utopía, como una insatisfacción con el orden existente y por eso sus caminos son los de la pasión.
Romeo y Julieta
Craig. El espacio escénico. Alberto corazón editor, Madrid 1970.
Casa de muñecas de Henrick Ibsen. (en construcción)
Tengo que reescribirlo, torpeza de expresión, claves: femme fatale, alternación de secuencias dramáticas entre la obra de Ibsen y la biografía de Matahari, Frank Wedekin Lulú, Art noveau- moda, las taquígrafas esqueléticas/Coco Chanel, Trincheras, fetichismo de los pies, maniquíes, autómatas, cajas de música, maquillaje...telégrafos....espías...París
http://www.youtube.com/watch?v=5PD_IoDdyWM
En Nora se encuentra la fuerza de la nueva mujer del siglo XX cuyo contexto no será el hogar sino las grandes capitales europeas transformadas por los progresos técnicos de un capitalismo joven que brilla con todo su esplendor en las exposiciones universales, en los pasajes de cristal benjaminianos. Berlín, Barcelona, París, podrían ser estas ciudades en las que las formas del XIX conviven con las nuevas formas arquitectónicas que surgen con las estructuras de acero y hormigón, con los inventos técnicos, con la luz eléctrica. La elegancia del cuerpo desnudo sobriamente vestido y la elegancia de las estructuras metálicas que comienzan a construirse en las ciudades podrían compararse. De igual forma que vemos los edificios elevarse sobre las estructuras de hierro y acero, vemos a través de la piel, en el ideal de la delgadez, la estructura ósea del cuerpo. El ideal de la mujer como la imagen ideal de una naturaleza petrificada, decorativa, ahora camina junto a las maquinas, los inventos técnicos, es bella mientras desaparece. En la velocidad nos muestra su imagen siempre fugitiva, esquizomórfica, anónima.
Cuando Nora se marchó una mujer muy bella apareció por los ambientes mundanos y los grandes salones de París. Se llamaba Gretha Zeller. Nadie conocía mucho de la procedencia de esta mujer. Nada más que había abandonado a su marido y a sus hijos, y huía de las rígidas leyes matrimoniales de su país. Todo alrededor de ella era un misterio. Su vida en París fue fulgurante. Comenzó trabajando de modelo de un escultor y por las noches a bailar en algún local. Había inventado unas extrañas danzas que se convirtieron en el acontecimiento nocturno de aquel París de principios de siglo y que rivalizaban con las danzas de Loie Fuller e Isodora Duncan. Hombres poderosos y muy ricos se disputaban sus encantos. Aparecía con unos velos e interpretaba curiosas danzas orientales. Su cuerpo sinuoso y casi desnudo aparecía a la luz de las lámparas de gas entre unos velos de seda. Sus brazos serpenteantes recordaban a una diosa brahmánica. ¿De dónde provenía esta danza y quién era esta mujer?
Pronto los periódicos se hicieron eco y su fama creció hasta elaborar alrededor de ella una leyenda. Todas las grandes capitales europeas caían rendidas a sus pies. Esta mujer se hacía llamar Mathajari.
Antes de morir en el frente durante la primera gran guerra su amante le escribió una hermosa cita al final de una carta: “Cubro tu cuerpo desnudo con besos locos”. Mientras en los campos se establecen las galerías y trincheras de barro, y los alambres de espino se extienden por los bosques arrasados, y la guerra mecánica aparece por vez primera, la efigie de una mujer mitad ángel y mitad demonio danza sobre el cielo llameante de la primera gran guerra. Todas las ciudades europeas donde ella ha bailado se extiende el fragor de la lucha y de la muerte. El deseo del soldado expresa lo que no puede alcanzar en la figura de una mujer en movimiento, que danza. El cuerpo desnudo de Mathajari aparece como una figuración ensoñada sobre el cielo espeso y gris de la guerra sobre un paisaje de horror y destrucción. El deseo del soldado- amante besa el cuerpo de la mujer mientras danza, mientras es libre. Contrariamente hay un amor mezquino, el de Torvald, que cercena un cuerpo en una cosa, en una imagen de la felicidad. Nora Helmer y Gretha Zeller no son la misma mujer pero en ambas existe una correspondencia.. Ambas danzan sobre las ruinas del pasado poseídas por un demon extraño que proviene de un mundo exótico, como una fiebre traída de las colonias. Ambas se sumen en el vértigo de la existencia. La puesta en escena de Casa de muñecas la situaría entre esos dos cuerpos, en dos escenarios enfrentados que nos muestran la correspondencia oculta de esas dos rebeliones contra la sociedad y que nos muestran la emancipación femenina del placer
La fuerza de la mujer moderna como la de las ciudades es la capacidad de transformarse, de metamorfosearse en nuevas identidades. De esta revolución sustraerá la moda motivos y símbolos como transformación frívola y vanidosa de la identidad. Pero la transformación de Nora y Gretha es tan fascinante y la transformación es el teatro. Por eso yo situaría ambos relatos, ambos símbolos al pie del escenario, uno y otro, como en dos planos espaciales y temporales separados pero unidos por una misma correspondencia musical. Sus actos y sus palabras serían entretejidos en un drama que explicase la necesidad de algunas personas de huir de la vulgaridad y renacer como seres espléndidos, majestuosos, estelares, en la afirmación de su deseo y su fantasía. Puede que el drama transcurriría en un antes y después del portazo, como si nuestras acciones prolongadas más allá de nuestra vida tomasen forma en múltiples espacios, en otros lugares, en otras identidades, en otros planos de la inteligencia y del placer.
Y qué es lo que hizo Nora cuando se marchó. Lo mismo que Gretha Zeller: danzar.
http//www.youtube.com/watch?v=ldYDgEhhcgo
Artaud y la pintura dramatizada. La visión de un cuadro de Van der Leiden.
"En el Louvre una pintura de un primitivo, no sé si es conocido o no, pero que nunca representará un periodo importante de la historia del Arte. Ese primitivo se llama Lucas Van den Leiden, y después de él, en mi opinión, los cuatrocientos o quinientos años de pintura siguientes son insustanciales e inútiles. La tela de la que hablo se llama Las hijas de Lot, asunto bíblico de moda en aquella época. Por cierto que en la Edad Media no entendían la Biblia como la entendemos ahora, y ese cuadro es un curioso es un ejemplo de las seducciones místicas que la Biblia puede inspirar. Su patetismo, en todo caso, es aún visible desde lejos; afecta al espíritu con una especie de armonía visual fulminante, es decir, con una intensidad total, que se organiza ante la primera mirada. Aún antes de alcanzar ver de que se trata, se presiente ya que ocurre allí algo tremendo, y podríamos decir que la tela conmueve al oído al mismo tiempo que al ojo. Parece que en ella se hubiese concentrado un drama de alta importancia intelectual, como una repentina concentración de nubes que el viento, o una fatalidad mucho más directa, ha reunido para que midan sus truenos.
Y en efecto. El cielo del cuadro es negro y cargado, pero aún antes de poder decir que el drama nació en el cielo, y ocurre en el cielo, la luz peculiar de la tela, la confusión de las formas, todo revela una especie de drama de la naturaleza, y desafío a cualquiera artista de las grandes épocas de la pintura a que nos de uno equivalente.
Una tienda se levanta a orillas del mar; ante ella está sentado Lot, con una armadura y una hermosa barba roja, y mira evolucionar a sus hijas, como si asistiera a un festín de prostitutas.
Y en efecto, esas mujeres se pavonean, unas como madres de familia, otras, como amazonas se peinan y practican armas, como si nunca hubieran tenido otra ocupación que la de encantar a sus padre, servirle de juguete o de instrumento. Se nos enfrenta así el carácter profundamente incestuoso del antiguo tema, que el pintor desarrolla aquí con imágenes apasionadas. Esa profunda sexualidad es prueba de que ha comprendido absolutamente el tema como un hombre moderno, es decir como podríamos comprenderlo nosotros mismos; es prueba de que no se le ha escapado tampoco su carácter de sexualidad profunda pero poética.
A la izquierda del cuadro, y un poco hacia el fondo, se alza a alturas prodigiosas una torre negra, apuntalada en su base por todo un sistema de rocas, de plantas, de caminos serpenteantes señalados con mojones, punteados aquí y allá por casas. Y merced a un feliz efecto de perspectiva, uno de esos caminos se desprende en determinado momento del confuso laberinto en que se había internado, y recibe al fin un rayo de esa luz tormentosa que desborda de las nubes y salpica irregularmente la comarca. El mar en el fondo de la isla es extremadamente alto, y además extremadamente calmo, si se tiene en cuenta la madeja de llamas que hierve en un rincón del cielo.
Ocurre a veces que en el chisporroteo de un fuego de artificio, a través de ese bombardeo nocturno de estrellas, cohetes y bombas solares, se nos revelan de pronto, en una luz alucinatoria, y en relieve contra el cielo de la noche, ciertos elementos del paisaje: árboles, torres, montañas, casas; y su claridad y aparición repentina quedan ligadas definitivamente en nuestro espíritu a la idea de ese sonoro desgarramiento de las sombras. No es posible expresar mejor esta sumisión de los distintos aspectos del paisaje a las llamas que se manifiestan en ele cielo sino diciendo que aunque esos aspectos tengan su luz propia, son pesar de todo como débiles ecos del fuego repentino y celeste, puntos vivos de referencia que han nacido del fuego y han sido colocados en sitios donde pueden ejercer toda su fuerza destructora.
Hay además algo de espantosamente enérgico y perturbador e la manera con que el pintor representa ese fuego, como un elemento aún activo y móvil en una expresión inmovilizada. Poco importa cómo ha alcanzado ese efecto, es real, y basta ver la tela para convencerse.
De cualquier modo ese fuego, del que se desprende innegablemente una impresión de inteligencia y maldad, sirve, por su misma violencia, de contrapeso en el espíritu a la pesada estabilidad material del resto del cuadro.
Entre el mar y el cielo, pero hacia la derecha, y en el mismo plano que la Torre Negra, se adelanta una estrecha lengua de tierra coronada por un monasterio en ruinas.
Esta lengua de tierras, aunque aparentemente muy próxima a la orilla en que se alza la tienda de Lot, limita un golfo inmenso donde parece haberse producido un desastre marítimo sin precedentes".
Antonin Artaud. El teatro y su doble
Bibliografía
Artaud, Antonin: El teatro y su doble.
Artaud, Antonin: Cartas desde Rodees, I,II,III. Fundamentos, Madrid, 1989.
Artaud, Antonin: Van Gogh, el suicidado por la sociedad. Aldo Pellegrini.
Argonauta, Buenos Aires, 1981.
Artaud, Antonin: Mensajes revolucionarios. Editorial Fundamentos. Madrid 1981.
Borie, Monique: Antonin Artaud. Le theatre et le retour aux sources, Gallimard, París, 1989.
- Contenidos
La imagen narrada
El espacio como área del sueño
Viajar dentro de un cuadro
El paisaje como miniatura