viernes, 2 de octubre de 2009
Manifiesto
Manifiesto
“La saciedad es inmediata el deseo interminable”
Julian Beck
“La sola idea de que no haya inventado las rosas me resulta insoportable”
Mayakovski
La lógica económica y la lógica institucional definen y constituyen con su poder de legitimización lo que debe ser y existir en el teatro. Los teatros actuales dependen para substituir, uno, de una dependencia enorme con las instituciones publicas, o segundo, adaptarse a una lógica del mercado.
Quizá por estas razones el teatro enfrentado a un sistema que difumina sus fuerzas, y convierte cualquier acción de rebeldía en un sinsentido parece una propuesta de locos y de ingenuos. Pero no nos engañemos el teatro siempre ha representado una acción imprevisible fuera de las normas instituyentes, ha hecho de su vulnerabilidad su fuerza, en su soledad ha establecido la unión.
El teatro ha inventado constantemente sus límites y sus límites han sido los de la imaginación.
“Solo el misterio, solo el misterio, nos hace vivir”
Federico García Lorca
Y como expresar en el teatro toda la poesía, como golpear la escena con los dilemas de nuestro tiempo si permanece bien delimitado en los límites establecidos de la cultura. El teatro es el espacio donde deberíamos preguntarnos cuanta libertad somos capaces de conquistar, cuanta libertad es capaz de albergar un hombre.
Un cambio positivo en los campos de trabajo teatral sería recuperar una idea de tentativa. Una tentativa que surgiese como ejercicio constante de lo efímero.
Organizaremos tentativas centradas en los fundamentos del lenguaje. Negaremos cualquier idea de producción, de resultado, por una idea de tentativa y de acción. De esta manera nuestros riesgos serán estéticos, formales, ideológicos y no de otra índole, nuestros riesgos serán estrictamente teatrales.
Plantearemos el teatro desde espacios insólitos ya que no es necesario un teatro para hacer teatro, ni espectadores comunes, cualquier espacio, cualquier situación podrá ser fecunda en posibilidades de expresión.
Ante la idea de individualismo anteponemos la tribu, la creación colectiva, personas afines que buscan encarecidamente un espacio propio de libertad, un modo rítmico de la vida.
Rechazamos el uso de iluminación, sonido, decorados y cualquier tecnología espectacular por una idea de contexto. Luz contextual, sonidos accidentales, espacios encontrados, acontecimientos, aprovechamiento de marcos. Nuestros espacios serán interticiales, serán los espacios ocultos, los espacios de sombra. Solo dejando el teatro en su esqueleto podremos recuperar su espíritu.
Nuestros actores carecerán de vestuario, caracterización. . La voz es nuestra maquina.
La belleza es un monstruo
Alfred Jarry
Nuestro teatro tendrá un repertorio en el que se trabajaran los textos preponderantes de la literatura dramática y deseamos volcarlos a escena en un ejercicio de síntesis. Descubrir lo realmente moderno en lo antiguo, y lo antiguo en lo moderno.
No necesitamos actores virtuosos, ni especialmente bellos, ni que nos muestren su buen hacer, aunque nos encantan, lo que realmente queremos es descubrir el monstruo hermoso que todo el mundo esconde. El arte del actor es el arte de descubrir lo insólito dentro de uno mismo.
Rechazamos la escenografía por una idea de teatro de 360º. Abandonaremos los teatros por las calles, las plazas, los espacios abiertos, los lugares alejados de la cultura y la oficialidad. Nuestro teatro no tendrá ni muros ni paredes, no necesita edificios ni teatros. No hay un espacio fijo para el teatro, su lugar es la errancia sin fin.
Buscaremos nuevos contextos de recepción y por tanto no creemos en los espacios de la cultura.
Actuaremos desde los planos insólitos de la vida descubriendo el placer de actos inconfesados cargados de una rabiosa anarquía.
Rechazamos el buen gusto, el buen hacer, una belleza sin desastre, por una idea de lo terrible. La belleza será terrible o no será.
El teatro nace como expresión de una utopía, como una insatisfacción con el orden existente y por eso sus caminos son los de la pasión.
“La saciedad es inmediata el deseo interminable”
Julian Beck
“La sola idea de que no haya inventado las rosas me resulta insoportable”
Mayakovski
La lógica económica y la lógica institucional definen y constituyen con su poder de legitimización lo que debe ser y existir en el teatro. Los teatros actuales dependen para substituir, uno, de una dependencia enorme con las instituciones publicas, o segundo, adaptarse a una lógica del mercado.
Quizá por estas razones el teatro enfrentado a un sistema que difumina sus fuerzas, y convierte cualquier acción de rebeldía en un sinsentido parece una propuesta de locos y de ingenuos. Pero no nos engañemos el teatro siempre ha representado una acción imprevisible fuera de las normas instituyentes, ha hecho de su vulnerabilidad su fuerza, en su soledad ha establecido la unión.
El teatro ha inventado constantemente sus límites y sus límites han sido los de la imaginación.
“Solo el misterio, solo el misterio, nos hace vivir”
Federico García Lorca
Y como expresar en el teatro toda la poesía, como golpear la escena con los dilemas de nuestro tiempo si permanece bien delimitado en los límites establecidos de la cultura. El teatro es el espacio donde deberíamos preguntarnos cuanta libertad somos capaces de conquistar, cuanta libertad es capaz de albergar un hombre.
Un cambio positivo en los campos de trabajo teatral sería recuperar una idea de tentativa. Una tentativa que surgiese como ejercicio constante de lo efímero.
Organizaremos tentativas centradas en los fundamentos del lenguaje. Negaremos cualquier idea de producción, de resultado, por una idea de tentativa y de acción. De esta manera nuestros riesgos serán estéticos, formales, ideológicos y no de otra índole, nuestros riesgos serán estrictamente teatrales.
Plantearemos el teatro desde espacios insólitos ya que no es necesario un teatro para hacer teatro, ni espectadores comunes, cualquier espacio, cualquier situación podrá ser fecunda en posibilidades de expresión.
Ante la idea de individualismo anteponemos la tribu, la creación colectiva, personas afines que buscan encarecidamente un espacio propio de libertad, un modo rítmico de la vida.
Rechazamos el uso de iluminación, sonido, decorados y cualquier tecnología espectacular por una idea de contexto. Luz contextual, sonidos accidentales, espacios encontrados, acontecimientos, aprovechamiento de marcos. Nuestros espacios serán interticiales, serán los espacios ocultos, los espacios de sombra. Solo dejando el teatro en su esqueleto podremos recuperar su espíritu.
Nuestros actores carecerán de vestuario, caracterización. . La voz es nuestra maquina.
La belleza es un monstruo
Alfred Jarry
Nuestro teatro tendrá un repertorio en el que se trabajaran los textos preponderantes de la literatura dramática y deseamos volcarlos a escena en un ejercicio de síntesis. Descubrir lo realmente moderno en lo antiguo, y lo antiguo en lo moderno.
No necesitamos actores virtuosos, ni especialmente bellos, ni que nos muestren su buen hacer, aunque nos encantan, lo que realmente queremos es descubrir el monstruo hermoso que todo el mundo esconde. El arte del actor es el arte de descubrir lo insólito dentro de uno mismo.
Rechazamos la escenografía por una idea de teatro de 360º. Abandonaremos los teatros por las calles, las plazas, los espacios abiertos, los lugares alejados de la cultura y la oficialidad. Nuestro teatro no tendrá ni muros ni paredes, no necesita edificios ni teatros. No hay un espacio fijo para el teatro, su lugar es la errancia sin fin.
Buscaremos nuevos contextos de recepción y por tanto no creemos en los espacios de la cultura.
Actuaremos desde los planos insólitos de la vida descubriendo el placer de actos inconfesados cargados de una rabiosa anarquía.
Rechazamos el buen gusto, el buen hacer, una belleza sin desastre, por una idea de lo terrible. La belleza será terrible o no será.
El teatro nace como expresión de una utopía, como una insatisfacción con el orden existente y por eso sus caminos son los de la pasión.
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