
Cuando en el año 2006 voy a conocer al Teatro de los sentidos y a su director, Enrique Vargas, voy a acariciar la idea de que se podría explorar ciertos universos dramáticos desde una poética de los cinco sentidos. Mi propuesta final después de unos talleres en El Polvorín de Montjuic era adentrarse en una gran obra de la literatura dramática, The Tempest, pues veía correspondencias y paralelismos entre el trabajo de esta compañía y mi tesis sobre la Tempestad. Hubo una insinuación por parte de Enrique Vargas de crear un centro de investigación. Yo le enseñé algunas de las lecturas sensoriales que había hecho sobre la obra de W. Shakespeare para ser volcadas en una formulación escénica.
En aquel momento nadie me hizo caso. Tomar un gran clásico abruma un poquito a la gente. Yo siempre defiendo que no hay que temer a los clásicos. Hay que adentrarse en ellos con humildad y, sobre todo, con constancia y trabajo.
Años después me encontré con un tallerista que había tomado esta idea que propuse. Me sorprendió. ¿Por qué nadie se atrevió a trabajar esta idea en su día? ¿Si sabéis que llevo varios años trabajando esta lectura escénica de La tempestad cuál ha sido la razón de no llamarme?
Hay personas que toman, pero no dan...hay que tener personalidad teatral, criterio intelectual, y constancia en el trabajo
He decidido, en parte, crear este blog, pues es un medio de difusión de mi intenso y riguroso trabajo. Las ideas no surgen de la nada, surgen cuando se trabaja largamente en ellas.
Si alguien se siente incitado en realizar The Tempest como una polifonía de los sentidos sabed que yo tengo los instrumentos alquímicos y los libros preciosos de la magia...mi isla viaja conmigo....el tirso está en mi mano...y lo sembraré allí donde merezca ser sembrado.
Poética de los sentidos en La Tempestad de Shakespeare.
Denominación del proyecto:
La poética de los sentidos en la Tempestad de Shakespeare: Auditum e imaginética.
“Cuando se interpreta un texto de una civilización desaparecida, lo que habría que reconstruir serían esas ensoñaciones. No sólo habría que pesar los hechos. También habría que determinar el peso de los sueños. Ya que en el orden literario todo es soñado antes de ser visto, aún la más simple de las descripciones”.
Bachelard, Gaston. El agua y los sueños. Fondo de cultura económica. México. 1988. p. 207
La Tempestad cierra el corpus dramático de Shakespeare para hablarnos sobre la necesidad de la benignidad y la templanza sobre las fuerzas difusas y caóticas de la corrupción y la malevolencia. La Tempestad es la obra más simbólica y la que se resiste más a una representación literal.
Curiosamente hemos comenzado para hablar de la poética de los sentidos en la obra de Shakespeare por La Tempestad. La Tempestad es un tratado sobre la imaginación y las fuentes nutricias de lo poético. La Tempestad puede ocurrir en el interior de una taza de té, en tu propia habitación. Los grandes viajeros no salen de sus casas. La Tempestad hace resurgir las aguas profundas del psiquismo y del “alma”. “Estamos hechos de la misma materia que nuestros sueños” dirá Prospero en la obra. ¿Entonces dónde podríamos situar esta isla sin nombre sino en una conciencia que sueña? Mi trabajo de investigación viene a demostrar que los caminos del alma son los sentidos y que la sutil alquimia de Prospero es un juego con el psiquismo de las profundidades
Antecedentes
Los antecedentes surgen de unos talleres realizados por El teatro de los sentidos en Barcelona sobre poética sensorial y de mis trabajos de investigación sobre poética teatral en el doctorado. La poética sensorial frente a la cultura y la tiranía de la imagen ha sido desarrollada en el arte contemporáneo. Entre los artistas me interesa los trabajos de Lev Nusberg y su grupo Dvizjenic y sus entorno pluriartísticos), Asdrúbal Colmenárez , los trabajos sensoriales de la artista Lygia Clark. En el campo del pensamiento por ciertos analistas críticos de literatura, entre ellos cabe destacar los trabajos de estética literaria de Gaston Bachelard.
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